El
modelo atómico de Thomson es una teoría sobre la estructura atómica propuesta
en 1904 por Thomson, quien descubrió el electrón en 1897, pocos años antes del
descubrimiento del protón y del neutrón.
En el
modelo, el átomo está compuesto por electrones de carga negativa en un átomo
positivo, incrustados en este al igual que las pasas de un pudín (o budín). Por
esta comparación, fue que el supuesto se denominó «Modelo del pudín de pasas».
Este
postulaba que los electrones se distribuían uniformemente en el interior del
átomo, suspendidos en una nube de carga positiva. El átomo se consideraba como
una esfera con carga positiva con electrones repartidos como pequeños gránulos.
La herramienta principal con la que contó Thomson para su modelo atómico fue la
electricidad.
Este
innovador modelo atómico usó la amplia evidencia obtenida gracias al estudio de
los rayos catódicos a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX.
Aunque
el modelo atómico de Dalton daba debida cuenta de la formación de los procesos
químicos, postulando átomos indivisibles, la evidencia adicional suministrada
por los rayos catódicos sugería que esos átomos contenían partículas eléctricas
de carga negativa. El modelo de Dalton ignoraba la estructura interna, pero el
modelo de Thomson agregaba las virtudes del modelo de Dalton y simultáneamente
podía explicar los hechos de los rayos catódicos.
Si
bien el modelo de Thomson explicaba adecuadamente muchos de los hechos
observados de la química y los rayos catódicos, hacía predicciones incorrectas
sobre la distribución de la carga positiva dentro de los átomos. Las
predicciones del modelo de Thomson resultaban incompatibles con los resultados
del experimento de Rutherford, que sugería que la carga positiva estaba
concentrada en una pequeña región en el centro del átomo, que es lo que más
tarde se conoció como núcleo atómico. El modelo atómico de Rutherford, permitió
explicar esto último, revelando la existencia de un núcleo atómico cargado
positivamente y de elevada densidad.
Otro hecho que el modelo de Thomson había dejado por explicar era la regularidad de la tabla periódica de Mendeleiev. Los modelos de Bohr, Sommerfeld y Schrödinger finalmente explicarían las regularidades periódicas en las propiedades de los elementos químicos de la tabla, como resultado de una disposición más estructurada de los electrones en el átomo, que ni el modelo de Thomson ni el modelo de Rutherford habían considerado.
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