Los crisofitos o crisofitas
Los crisofitas o crisofitas no se parecen a ningún otro ser vivo en el mundo. Sus cloroplastos, rodeados de retículo endoplasmático, están formados por muchas unidades de tres tilacoides sin fusionar, y presentan pigmentos accesorios de clorofila y carotenoides.
Xantoficeas o algas amarilloverdosas
Las especies de esta clase suelen ser unicelulares, carecen de motilidad y su ambiente es fundamentalmente dulceacuícola. Viven en charcas, estanques e incluso en piscinas, ya algunas son colonizadoras de las riberas de ensenadas salobres.
Bacilarioficeas o diatomeas
Existen grandes cantidades de diatomeas tanto en los ambientes dulceacuícolas como en los marinos por igual. Su contribución a la síntesis de materia orgánica y a la liberación de oxígeno en el ecosistema del globo es muy importante.
Las paredes celulares de las diatomeas están formadas por sílice y manganeso, en lugar de celulosa, y morfológicamente sus estructura consta de dos mitades superpuestas que se ensamblan como las dos partes de una cajita de píldoras. Los restos de las paredes silíceas de estos organismos se han acumulado durante millones de años en el fondo de los océanos, y se conocen como tierra de diatomeas.
Crisofíceas o algas doradas
La mayoría de estos organismos son flagelados unicelulares o coloniales y dulceacuícolas. Su color se debe a la fucoxantina presente en el cloroplasto, que enmascara a la clorofila.
Gran parte del plancton de lagos y ríos, así como del nanoplancton marino y de aguas frías está formado por muchas crisofíceas. Son pues, productores primarios importantes.
Primnesioficeas
Las especies de esta clase de crisófitos a menudo alternan en su ciclo vital fases con motilidad y sin ella. Las células móviles pueden poseer escamas de carbonato cálcico visibles con el microscopio óptico, que se denominan cocolito.
Ciertas áreas de mares cálidos y templados deben en gran medida su productividad a las primnesiofíceas, que constituyen el fitoplancton predominante.